Sabemos que la higiene es la base de la salud y que además guarda relación con la apariencia que brindamos a las personas con las que nos relacionamos.
Un buen aspecto y una imagen cuidada dicen mucho de las personas y en cierta forma son una carta de presentación; pero cuando sabemos que, a pesar de estar atentos a estos detalles tan importantes, somos conscientes de que tenemos un aliento poco fresco, todo el tiempo y el esfuerzo que hayamos invertido en nuestra apariencia, parece no haber sido suficiente.
Casi siempre asociamos los malos olores corporales a la falta de higiene, pero en ocasiones las personas simplemente no pueden deshacerse de estos aromas indeseables que deben padecer ellas mismas, además de todos los que las rodean.